Templo de Santa María Magdalena, pueblo de Tlapacoya

Antiguo Templo y oratorio de Santa María Magdalena, Tlapacoya Ixtapaluca

Investigación
Oswald Castillo Mendoza
Antropología Social, UAM-I

En el poblado de Tlapacoya, municipio de Ixtapaluca, se levanta el Templo y Parroquia de Santa María Magdalena, un espacio donde las piedras, los muros y el aire mismo parecen guardar siglos de historia y devoción. No es solo un edificio religioso: es el corazón espiritual y cultural de la comunidad, un lugar donde pasado y presente dialogan de manera permanente.

Orígenes: del eremitorio a la parroquia

La historia de este templo se remonta a mediados del siglo XVI. Hacia 1550, los frailes dominicos, en su misión evangelizadora, construyeron en Tlapacoya un pequeño oratorio. Esta construcción inicial, sencilla pero cargada de simbolismo, sentó las bases de lo que sería más tarde un importante centro de culto.

Con el paso de los años, la obra fue retomada y concluida por los franciscanos, quienes lo convirtieron en una capilla dependiente del convento de Santiago de Chalco. Durante más de dos siglos, esta dependencia marcó su vida pastoral y administrativa.

En 1820, tras la reorganización eclesiástica de la época, el templo dejó de pertenecer al Curato de Santiago de Chalco y pasó a integrarse como capilla del poblado de El Rosario Ayotlan, con quien compartió atención pastoral por varias décadas.

Un emplazamiento cargado de simbolismo

El templo se ubica al pie del cerro del Tepiolole, un sitio de gran valor cultural y natural para la comunidad. La elección de este lugar no fue casual: el agua, símbolo de vida, y el cerro, emblema de identidad y fortaleza, enmarcan el carácter sagrado del recinto.

Durante siglos, el atrio del templo también fungió como cementerio de la comunidad, costumbre que se mantuvo hasta finales del siglo XIX, cuando la legislación y las disposiciones sanitarias obligaron a trasladar los enterramientos fuera del centro poblacional.

Su estructura original sufrió un cambio radical en 1962, cuando el templo fue demolido y reconstruido con el mismo material. En esa intervención, se preservaron únicamente el campanario y el arco del atrio, que hoy se erigen como testigos silenciosos del antiguo edificio y de la historia que resguarda.

Un santuario del arte sacro novohispano

El interior del templo es un verdadero museo de arte sacro. Entre sus piezas más notables destacan:

  • Un Cristo del siglo XVII, cuya talla y expresividad reflejan la maestría de los artesanos novohispanos.

  • La imagen titular de Santa María Magdalena, figura central de la devoción local.

  • Un óleo de la Virgen de Guadalupe del siglo XVIII, que conserva intacta su riqueza cromática.

  • Esculturas religiosas del siglo XIX, que muestran la continuidad artística y devocional a lo largo de los siglos.

Estas piezas no solo embellecen el templo, sino que también narran la historia de la fe y el arte en la región.

De capilla a parroquia: hitos recientes

El 20 de febrero de 1984, el templo fue erigido como parroquia por el entonces primer obispo de la Diócesis de Nezahualcóyotl, +Mons. José Melgoza Osorio, nombrando como primer párroco al Pbro. Juan Mendoza.

A partir de 1992, la parroquia estuvo bajo la administración de la Fraternidad Sacerdotal Serviam, que la atendió hasta el año 2007, cuando volvió a ser dirigida por sacerdotes diocesanos. Ese mismo año, el Pbro. Mario Sarabia Lujano tomó posesión como párroco, seguido en 2016 por el +Pbro. Roberto Martínez Zavala. Desde 2022, el Pbro. Gustavo Juárez Sandoval es quien acompaña y guía espiritualmente a la comunidad.

Actualmente, la parroquia cuenta con cuatro capillas filiales: Nuestra Señora de Guadalupe, Santa Bárbara, Santa Cruz y San José, cada una con su propia vida comunitaria y fiestas patronales.

El Santo Jubileo: una celebración de unidad

En 2024, con motivo del 40 aniversario parroquial, se instituyó una celebración especial: el Santo Jubileo. Durante cinco días, la comunidad entera se volcó a la adoración eucarística constante, dedicando cada jornada a una de las capillas. La clausura incluyó una procesión multitudinaria por las calles de Tlapacoya, la misa solemne y, como broche festivo, la quema de juegos pirotécnicos que iluminaron el cielo nocturno.

Restauración y conservación

El sismo del 19 de septiembre de 2017 provocó afectaciones en la estructura del templo, lo que motivó la intervención del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) para realizar trabajos de restauración y asegurar su estabilidad.

Posteriormente, en 2023, se llevaron a cabo trabajos completos de conservación, que incluyeron la restauración del campanario —recuperando sus colores originales— y la colocación de nuevos vitrales, devolviendo así la luz y vitalidad al interior del recinto sagrado e histórico.

Un corazón que late en Tlapacoya

El Templo de Santa María Magdalena no es únicamente una joya arquitectónica: es un testimonio vivo de la historia de Tlapacoya y del municipio de Ixtapaluca. Sus muros han presenciado siglos de fe, tradición y comunidad, y continúan siendo un punto de encuentro para quienes encuentran en él no solo un espacio para la oración, sino un símbolo de identidad.

Visitarlo es recorrer páginas vivas de la historia local, dejarse envolver por su belleza y comprender por qué, generación tras generación, Santa María Magdalena sigue siendo el corazón espiritual de Tlapacoya.

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